Estar terminando el tercer trimestre del año, abre las puertas a pensar siempre mil cosas, es el momento de planear, definir, proyectar, etc.  Sin embargo, ¿estamos este particular 2020 con el mismo nivel de energía de años anteriores para hacerlo?

¿Qué está pasando contigo hoy? Y la pregunta apunta a ¿qué está pasando por tu cabeza? ¿qué te está diciendo tu mente? Y, ¿en qué tono te lo está diciendo?  Una cosa es la realidad externa a ti, y todos los posibles factores que pueden estar afectándote de forma positiva o negativa, y otra distinta el discurso interno que puedas estar teniendo para asumir, afrontar, visualizar, envisionar o cómo quieras llamarlo, al 2021.

¿Lo que te está motivando hoy en tu vida, en tu trabajo, en tu familia, en tus relaciones, es lo mismo que siempre te ha motivado?

¿Qué ha cambiado en ti y en tu forma de ver la vida y los retos durante todo este proceso que como humanidad vivimos?

¿Qué discurso en este instante está rondando tu cabeza en torno a tus objetivos, a tu pasión a tu automotivación?

Quizás en este momento no hay respuestas claras para todas las preguntas que planteo arriba, pero es fundamental el sacar lápiz y papel para hacer un ejercicio bastante consciente del momento actual en tu vida, no del momento actual del mundo, sino el tuyo.  La pasión con la que puedas estar haciendo las cosas es fundamental para garantizar que cualquier proyecto que tengas entre manos salga adelante a pesar del cansancio y de los miles de desafíos que tengas en frente, pero si no estás teniendo foco en qué sientes, qué quieres ser, qué quieras hacer y dónde quieres estar va a ser difícil que tu mente no te “juegue juegos” basando tu discurso desde el lado del miedo, la incertidumbre, la ansiedad y la justificación en “otros” de lo que en este momento no logras poner de forma simple a funcionar para ti.

La motivación es uno de los ejes fundamentales del éxito, de un buen desempeño, de la productividad, de sentir en tu estómago y en tu corazón que las cosas están siendo alimentadas por una versión de ti que tiene “ganas”, que tiene hambre de crecer, de estar bien, de fluir.

¿Qué capitalizas de las lecciones que recibiste desde marzo a hoy?

Sin pasión, no hay foco, si no hay foco sientes que vas por caminos errados, sin foco te cansas más de lo que deberías o quizás metes en tu plato más de lo que realmente te cabe. Sin foco no logras identificar que te dice tu mente, y sí le estás haciendo caso al fantasma que quizás te dice que no lo vas a lograr.

Haz silencio, agarra papel y lápiz, haz un análisis de ti, de tus emociones, de lo que eres, lo que sientes y la energía tanto emocional como física que puedas estar teniendo.

DETENTE, busca bien adentro aquello que te motiva y enfócate en aquello pequeño o grande que quieres alcanzar.

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