“No me alcanza el tiempo”

“No soy capaz de meditar me quedo dormido/a”

“El tema del Work-Life Balance es una utopía”

“No sé cómo se coordina el ser mamá con trabajar y no tener sentimiento de culpa permanente”

“Las compañías se acaban y después de muchos años te dejan sin trabajo”

“Todo es trabajo y trabajo … no tengo tiempo para mi”

“No estoy pasando tiempo de calidad con mi familia”

“Me siento agotado/a”

“Me duele la cabeza casi todos los días”

“No encuentro tiempo para hacer ejercicio”

“No soy creativo/a, no se me ocurre qué negocio desarrollar y tener un ingreso adicional”

“Llevo muchos años siendo mamá, siento que ya no soy capaz, ni con horarios, ni con la tecnología, ni con volver a arrancar de ceros”

El listado de frases que nos decimos y escuchamos a diario podría seguir y seguir. Mucho se dice que somos nosotros los artífices de nuestros días, y aunque eso es correcto, la verdad es que crecemos, y en un alto porcentaje sin darnos cuenta, terminamos en mil historias y compromisos que no podemos declinar, parar o desacelerar. Los hijos crecen, las facturas deben pagarse y la rueda infinita no para de girar.

El stress aumenta, y el desequilibrio, la ansiedad, la depresión, la enfermedad hacen presencia en nuestra vida y muchas veces nos encontramos en encrucijadas bien difíciles de resolver. En muchas ocasiones perdemos la fe y no sabemos por qué, ni para qué estamos haciendo lo que hacemos, ni viviendo la vida que llevamos.

Despabilarse no es tarea fácil, pero la verdad sea dicha es que el equilibrio, el balance, el estado de “peace of mind”, la levedad, no deberían ser imaginarios o sueños inalcanzables. Todos estamos en capacidad de desarrollar las habilidades y disciplina necesarias, para construir la vida que queremos vivir.

¿Cómo? … ¿Por dónde empezar? … Por leer lo que nuestra almita nos dice. Conectándonos con ese “yo” perdido en el deber ser, en el deber hacer y en el deber tener.

El primer paso … convencernos del valor que tenemos, vivir presentes en nuestra vida y en nuestros días.
Les comparto nuevamente mi regla del 4444 que les compartí en el escrito anterior …

4 pausas al día de 1 minuto para respirar nos ayudan a centrarnos, a ser conscientes de lo que somos. Respirando oxigenamos el cerebro, la sangre y tomamos impulso. Respirando pensamos mejor, más claro y con más foco.

4 Acciones a la semana en pro de tu bienestar … La lista de lo que se puede hacer en este punto es grande y variada, caminar 10 minutos al día, aumentar el consumo de agua al día, conversar con amigos de temas que nos den alegría, conectar con gente que hace mucho no conectamos, ir a cine, abrazar, tomarnos un vino … en fin … la lista es infinita.

4 Acciones a la semana que te saquen de tu zona de confort … En resumén reta tu mente y tu cuerpo. ¿Qué quieres construir? … ¿A dónde quieres llegar? … Incomódate un poquito, el resultado puede ser maravilloso.

4 Acciones a la semana de ayuda a los demás … Dar, dar y DAR … Servir da felicidad, nos recuerda que somos todos humanos, con los mismos derechos. Y nos recuerda que tan bendecidos somos.