Estar presente “mindful” es vivir el día a día con la tranquilidad suficiente para no quedarse enganchado con el pasado, y además, no jugarle a la tentación de la ansiedad que el futuro nos depara. El quedarse en el pasado o vivir apresuradamente un futuro, que aún no llega, no te permite evolucionar de una forma sana, coherente y tranquila.

Cuando se está en la carrera loca del ratón en la rueda persiguiendo el queso, no se piensa con la claridad que se requiere. El multitasking nubla la mente y merma la capacidad de vivir el momento. A cada persona, reunión, actividad, hay que dedicarle por obligación la atención que merece. ¿Cómo puedes sostener una reunión con alguien que sea 100% productiva, sí al mismo tiempo estás contestando correos, o leyendo tu chat? ¿Cómo puedes leer tu chat y participar activamente en él, si al mismo tiempo estás comiendo? Tu ansiedad genera ansiedad en tu círculo cercano. Tu ansiedad confunde y te confunde, así como tu miedo frena y te frena. El querer estar en mil lados al mismo tiempo sólo trae como consecuencia que no estás en ningún lado.

Cuando empecé mi viaje, unos años atrás, en sumergirme en el fascinante mundo del “mindfulness”, aprendí a identificar mis “sweet spots” y mis “blind spots”, encontrar mis agujeros negros NO fue para nada una experiencia placentera, pero al mismo tiempo fue tremendamente constructiva. Uno de verdad cree que se conoce y NO, no es tan así. Les doy un ejemplo breve: siempre me sentí súper orgullosa de mi capacidad de “multi-tasking”, y cuando con un dispositivo que mide la respiración pude ver que vivía literalmente “tensa” el 80% del día, me di cuenta que tenía que cambiar. Entrenarme en no caer en la trampa de hacer mil cosas a la vez, no fue fácil, es más fue chocante conmigo misma, con mi familia y con la gente que trabajo. En palabras de a centavo, aceptar que las mujeres maravilla y que los supermanes están mandados a recoger NO es fácil. Los paradigmas no son tan fáciles de cambiar ni de romper, sobre todo cuando están metidos en nuestro ADN. Pero, también aprendí, que el cambio “hay que abrazarlo”, entenderlo, consentirlo y seducirlo. Si no te haces amigo del cambio, no vas a poder desarrollar la habilidad suficiente para afrontar lo que la vida te va poniendo paso a paso. Así que, o me hacía amiga del “mono-tasking” ó … aceptaba las consecuencias infalibles de un corto circuito general ocasionado por stress.

¿Qué tienes que cambiar para estar 100% presente?. ¿Cuáles son tus “sweet spots” y tus “blind spots”?.

Estar 100% presentes nos hace resilientes, creativos, compasivos, con foco … Abre en tu agenda un espacio para respirar.

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