Un día cualquiera despertamos en una realidad que no veíamos venir.  Un “frenón en seco” que nos hizo mirar la vida desde una perspectiva diferente.  Algunos hablan de reinvención, otros de reconstrucción, otros de reimaginar procesos, vidas … en fin, lo único real es simplemente que la vida como la veníamos viviendo no es la misma y cambiaron las rutinas y formas de hacer las cosas.

Es importante ser muy honestos, ver las cosas como son y ponerles el nombre que es.  Es importante no caer en lo genérico en donde o no te tocan las cosas, o te tocan, pero no te afectan, cualquiera de los dos extremos es protección emocional mal encaminada y que en cualquier momento nos puede hacer explotar.  La verdad es que SÍ cambiaron las cosas, y de una forma u otra las rutinas, la cotidianidad, la forma de hacer nuestro trabajo, de ser comunidad y de ser familia, hoy en día son distintas.

Nuestra humanidad en toda la extensión de la palabra está siendo retada, pero al mismo tiempo todo lo que estamos viviendo es una invitación hermosa a ver la vida desde una posición de gratitud, de humildad y al mismo tiempo de honestidad y creatividad.  Caer en el cliché de que saldremos mejores seres humanos, puede ser un discurso bonito, pero no se hace realidad si cada uno de nosotros no hace su parte.  Lo positivo atrae lo positivo y lo negativo atrae lo negativo.  La ansiedad atrae y genera caos.

Vivir presentes en el momento, en nuestro hoy, y traernos al minuto que estamos viviendo no es una tarea que se torne sencilla, y menos en este momento histórico, sin embargo, me atrevería a decir que es una necesidad primordial el que seamos conscientes de entrenar nuestra mente para que no nos gane la partida.  Cuando dejamos que el “monkey mind” sea el que gobierne, la pasamos mal, perdemos la confianza y dudamos hasta de nuestra propia fe.

Dale nombre a tu emoción. Cada cosa que sientes tiene un nombre y jamás la tristeza será depresión, o la angustia una ansiedad extrema y así.

Expresa tus emociones con letras, con palabras, con escritos, con dibujos, con lágrimas, pero deja que salgan.

No niegues lo que sientes, no dejes de preguntarle a los demás cómo se sienten.

Estando presentes en nosotros creamos cosas mágicas.

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Foto: Sofía Angel @sofiaunarchived_