¿Qué es el cansancio? Quizás definirlo desde la perspectiva física es la más sencilla; pero ¿Cómo lo definimos desde la perspectiva mental y emocional? ¿Acaso abusamos de nosotros mismos? ¿Nos llevamos al límite?

Cuando se piensa, y se piensa, y se piensa … y no se actúa, creo que muchas neuronas se nos mueren, (ojo, eso es lo que creo … no lo he estudiado aún), es más, no sólo creo que eso pasa, sino que además ponemos a nuestras glándulas a sobre esforzarse (eso sí está estudiado), y nos ponemos en apuros. Los músculos duelen, las migrañas aparecen, la depresión comienza a surgir, la ansiedad comienza a crecer, la intolerancia aumenta, y las consecuencias físicas como cambios en la presión arterial, desordenes alimenticios, etc … no se hacen esperar. ¿Por qué jugamos a hacernos daño?

Día tras día vamos viendo como pasan cosas a nuestro alrededor que hacen que redefinamos el rumbo, o muchas veces simplemente se vuelven verificaciones de algo que ya sabemos o que incluso ya venimos haciendo. Y si gran parte de nuestra razón tiene claro lo que pasa … ¿Por qué nos es tan difícil el parar a respirar y tomar una pausa con propósito? ¿Por qué nos es tan difícil el detener nuestra mente y darle la orden de pensar más despacio? ¿De darnos un respiro? ¿De entender qué pasa por nuestra mente y nuestra alma? ¿Qué pasa con nosotros?

Propongo para esta semana un paso con una fórmula sencilla: ¿Estás pensando mucho? ¿Sientes que estás dando vueltas en círculos, como un perrito persiguiéndose la cola?; si la respuesta es SÍ … entonces … PARA … RESPIRA … PIENSA, DECIDE Y ACTÚA … ¿No eres capaz? ¿No tienes clara tu opción? Entonces, quizás no le estás haciendo caso a tu estómago y es hora de decidir.

Decidir libera el alma y tu alma jamás va a dejar que vayas por el lado equivocado.

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