La vida me ha enseñado a ir con el flujo de las cosas.  Hace unos años mi necesidad de control quería primar a como diera lugar, y el cambio era algo que no me gustaba cuando no era yo quien lo estaba dirigiendo.

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Querer controlarlo todo CANSA, te deja sin energía y sin ganas. Pasan un millón de cosas fuera de tí que afectan tu devenir, y lo único que puedes hacer, es aprender que eres el responsable de administrar tus emociones y reacciones.  Creo que sólo de grande se da uno cuenta que es cierto aquello de: “Si los problemas tienen solución para qué te preocupas? … y si no la tienen … igual para qué te preocupas?”.  Confieso que es una de las frases que ronda por ahí que no me gustaba encontrarme.

Con los años me he dado cuenta que en realidad las cosas son como son, pasan como tienen que pasar y en el ritmo en el que deben pasar.  Nada se mueve a nuestro alrededor en movimientos que no estén sincronizados con el devenir normal y que no estén acordes con aquello que hemos sembrado.  El hacernos cargo de nosotros mismos y nuestros actos, es algo que aprendemos a medida que vamos caminando.

El tiempo pasa y lo que hagamos con él es nuestra entera responsabilidad. Â

Desempolvé los escritos de mi mamá, y encontré un artículo que escribió a dos manos con su compañero de estudios en ese entonces, Juan Carlos Angel C. y que fue publicado en su momento por la Revista Carrusel de El Periódico El Tiempo en Colombia, en su edición No. 560, llamado: Memoria Positiva … Existencia Positiva; algunas variables consideradas en el artículo hablan de la importancia de entrenar nuestra mente en sacar el mejor provecho de todo aquello que nos pasa … dice por ejemplo:

“No podemos considerar la memoria como una simple habilidad para recordar fechas, nombres o números telefónicos. Es nuestra propia historia. Si se alimenta con pensamientos y recuerdos positivos nos haremos la vida más agradable”.  Â

El artículo termina con unas recomendaciones para tener en cuenta todos los días que dicen:

“La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante”. Kierkegard. Â

• El recordar debe tener un objetivo: comprensión sobre el presente y aprendizaje para el futuro.
• Tener siempre en cuenta que el pasado es inmodificable; sobre lo hecho o no hecho, ya nada se puede cambiar, por lo tanto, de nada sirve detenerse en lamentaciones.
• El autoestima se fundamenta y se refuerza con las situaciones positivas que se han tenido y sentido en la vida y crece con la superación de las situaciones adversas; que aunque en su momento se consideren negativas, luego puede recrearse en el recuerdo sabiendo que fue capaz de manejarlas.
• Destina quince minutos de tu día para tí mismo, recordando situaciones agradables y convirtiendo en positivas las que han sido consideradas negativas”.

Sigue adelante, piensa en positivo

… El tiempo pasa … no atropella.  .

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