Ando de espectadora últimamente, observo mi día a día y trato de analizar(me) más no enjuiciar(me) en ningún sentido.  Acabo de cambiar de década, lo cual me tiene realmente FELIZ!.  Terminé un duro trance de aprendizaje obligado, del cual tengo que decir orgullosa que SALI VIVA! … y SÍ tómenlo literal, logré no cerrar(me) los ojos y la posibilidad de vislumbrar el panorama que hoy en día veo. 

El a veces jugar el rol de espectador de uno mismo lo hace a uno caer en cuenta de pequeños y grandes momentos en que quizás estamos siendo poco atinados en la manera en que actuamos. Romper paradigmas a medida que te haces más grande puede ser más sencillo siempre y cuando estemos dispuestos a que no nos importe ni el qué dirán, ni el cómo nos veremos, ni el cómo llegaremos a alcanzar aquel sueño que nos hemos trazado.

En mi década pasada, aprendí a conocerme, a analizarme, a vivirme … igualmente a mandar a la “mierda” gran parte de mi propio pasado, y obvio a unos cuantos que definitivamente debían irse de mis días, de mi memoria, de mi recuerdo y de mi presente.

De mis años oscuros quedaron grandes secuelas especialmente en mi cuerpo físico que están en este momento en proceso de reconstrucción, pero esta primípara cuarentona lo está logrando!.

Hace poco vi un video sobre los “labels”, que ponemos, que nos dejamos poner, que nosotros mismos nos ponemos … “no matter what” nuestra alma es más grande, tenemos el potencial de llegar lejos … el label termina cuando decidimos aceptarnos como somos y simplemente VIVIR.  El label termina el día en que deja de darnos vueltas en la cabeza el significado equivocado y que la pregunta errada: ¿Y yo … Quién SOY? … le da espacio al milagro de vida que somos.

Soy Ana, simplemente ANA!.  Y ustedes?.