Insisto en algo, el ego como tal es absolutamente necesario, es un motor, ahora bien, nosotros elegimos si es un motor que nos lleva solo a figurar o si es un motor que acompañado de un gran crecimiento espiritual nos lleva a alcanzar sueños.

Cuando todo es centrado en YO … yo hago, yo puedo, yo hice, yo conozco, acompañado de frases como: me hicieron, estamos dejando que la energía se vaya para el lado equivocado.

El YO es fuerte, el yo representa (en palabras), lo que se es y lo que se quiere, pero como se lo escuché al chef Juan Manuel Barrientos una vez (no recuerdo la frase textual) “Si el ego es más grande que tu espiritualidad estás llevado”.

Humildad no significa matar el yo, por el contrario, nos tiene q abrir los ojos para que desde nuestra humanidad podamos ver el YO de los demás, su luz, su ser.

Esta semana enfócate en que la luz de tu yo no opaque la luz del yo de los demás. No dejes de brillar, pero no pretendas brillar más que quienes tienes al lado. Proyecta tu luz sin miedo, sin autoengaños, sin justificaciones de lo que está bien y lo que no está bien, pero al mismo tiempo desde el fondo de tu alma, de tu corazón, de tu estómago, reconoce el poder de los demás y la bendición de vivir en un mundo en donde todos podemos extender las alas. El mundo necesita la luz de todos!

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