Directa al 100%, un tilín irreverente … Apasionada total por las letras, el cine, la fotografía y todo lo que sea, suene, huela a arte, a expresión del ser. Empresaria, mamá, esposa, amiga y cuando me queda tiempo filósofa por convicción.

Mi historia comienza en 1974.
Nací y crecí en una de las ciudades más grandes y pobladas que tiene America Latina. Durante mi etapa adolescente me acompañaba siempre mi mochila llenita de «cassettes», mi walkman, un lápiz y un cuaderno.

Escribo desde que tengo uso de razón. En contra de la corriente y los ruegos de mi padre de estudiar algo «serio», decidí enrolarme en Comunicación Social, y para su tranquilidad (eso sí no en contra de mi gusto) … escogí la parte más seria de todas las ramas de especialización posibles: «Comunicación Corporativa y Marketing». Moverme en todo espacio que suene a creatividad o que me obligue a innovar, vender o resonar … me llena el alma. No me puedo quedar quieta y me gusta la perfecta mezcla entre lo hippie y lo chic.

Mi vida venía en un curso «normal», venía haciendo bien la tarea de crecer, graduarme, casarme, trabajar, especializarme, ser mamá, tener un buen trabajo. Un buen día la vida me «resongó» … me sacudió, y todo aquello que creía mi yo, mi piso … se esfumó. En cuestión de poco tiempo, perdí a mi mamá por un cáncer tremendo siendo ella aún muy jóven, tuve cinco embarazos y una hija (esa matemática es fácil de hacer), me encontraron un adenoma en mi pituitaria, fui diagnosticada con fibromialgia, aparecen en mi cerebro manchas que alertan a los médicos sobre una posible esclerósis múltiple, y mi audición se baja al casi 50% en cada lado por una otoesclerosis.

Mi cerebro entró en un hermoso corto circuito. Los diagnósticos fueron multiples … depresión severa, posible bipolaridad, síndrome ansiolítico … en fin. Desde la A a la Z tomé, probé y me sé los efectos secundarios de todos los ansiolíticos y antedepresivos posibles. En conclusión estaba «hecha mierda». Duré muchos años sumida en un inmenso hoyo negro, ni mi mente, ni mi cuerpo, ni mi espiritú encontraban la salida al laberinto de lo que fuese un sin número de males que afectaron mi SER. Todo esto pasó entre mis 29 (cuando muere mamá), y mis 36 (año en el que los episodios de ansiedad desaparecieron) … 7 exactos, y lo digo en serio «maravillosos» años.

¿Qué me salvó? … El amor, la luz de los ojos de mi hija, el amor y la paciencia con la que mi marido sobrellevó el tema, los angeles, Dios, mi mamá, la compañía de mi perro, el escribir para sanar … no lo sé … sólo sé que un día decidí escucharme, tenerme paciencia, amarme, escribir y darme cuenta que podía volver a soñar. Seguí mi corazón y me puse la meta de encontrarme, de quitarme peso de encima. Mi viaje exploratorio lo arranco cuando inició mi certificación en Yoga, Meditación & Life Coaching, y de ahí parte todo lo demás. Soy un perfecto ejemplo de que los milagros existen, no tengo más explicación. Hoy en día mi vida es hermosamente «normal», vibro, respiro, sueño, exploro, soy FELIZ.

Mi misión, la única y verdadera, es escribir para ayudar a sanar, enseñarle a la gente a meditar a mover el alma y el cuerpo, a tener la mente activa y a montar sus planes de desarrollo personal y empoderamiento.

Mis clientes, mi trabajo, mis amigos, mi familia: son parte de la gasolina que necesito para funcionar. Entre todos me inyectan la adrenalina que hace que el día a día no sea monótono, rutinario y «maquiavelicamente ABURRIDOR«. Nací entre muchas otras cosas para escribir(ME) y motivar(ME), nací para REINVENTAR(ME).

Mis letras son de ustedes … «Escribir es placentero y Empoderar me llena el ALMA».

Mi mantra: Go For It Now!